Nuestros
soldados, compañeros de Baptist, nos invitaron a lo que debía ser un encuentro
amistoso el pasado sábado. Javi se iba de safari, así que sólo yo pude
aceptarlo.
Las
tropas tenían orden de reunirse a las 12.30 (6:30 en swahili), para partir
hacia el campo de batalla. Haciendo gala de las costumbres tanzanas, los coches
a reventar de contendientes no salieron antes de las 13.30. Aún así, hubo
tiempo para reponer fuerzas ya en Arusha, territorio enemigo: un buen wali na
samaki (arroz con pescado) para afrontar el regreso al campo de batalla,
después de más de cuatro meses en los que tuve que conformarme con
entrenamientos.
En
torno a las 16:00, llegamos al escenario; sería pues, a los pies del Mt Meru
donde nos enfrentaríamos a un ejército que llegaba con cuenta gotas. Nos
preparamos a las órdenes de Soster: todo estaba listo.
Pronto
quedó claro que la batalla sería a muerte, nada de amiguismos. Las canastas y
los golpes se repartían a gran velocidad, recibiendo nuestra cuadrilla muchos
más de ambos. No había reglas pese a que sí estaba el encargado de aplicarlas.
Sólo
siete u ocho de nosotros tomamos parte en la contienda, dando idea de la
seriedad del asunto. Con la mitad del tiempo cumplido, tuvimos que cambiar la
estrategia defensiva, de zona a hombre, para poder tener alguna posibilidad.
Dio resultado, pero poco a poco, mientras se acercaba el final del partido, y
con ello, más intensidad, más piques, rozando la pelea. Dos minutos y habíamos
conseguido empatar tras otros dos minutos de defensa a muerte.
Triple
de Peter, hay que seguir defendiendo como antes del tiempo muerto y lo tenemos.
Pero esta vez falla la presión en el medio del campo, el base encuentran la
salida, y anota fácil. No pasa nada, aún tenemos un punto de ventaja. Anotamos.
Tras su pérdida de balón, ya casi está, pero me equivoco en la salida del
contrataque, roban y anotan. Siguiente ataque, a solo un punto ellos están
crecidos, nos atrancamos, Dennis se queda aislado en la esquina, consigue
pasarme el balón, venga, ¡me la juego! Mierda, ésta era la esquina mala (el aro
mira hacia el otro lado). Tarde para rectificar, pero… ¡Sí! ¡Triple! Ahora
atacan ellos, se precipitan, corremos el contrataque, hay que parar y asegurar
la victoria; da igual, ¡Zacha anota rápido!
¡Ganamos de 6!
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