martes, 27 de agosto de 2013

Social study I: consiguiendo información para planear acciones eficientes

Como había dicho, gran parte de nuestro trabajo con TATU se basa en realizar visitas domiciliares a gente con problemas, de modo que podamos emprender acciones apropiadas en un futuro, desde conectar gente con habilidades sinérgicas, hasta la creación de espacios adecuados para la expresión y la ayuda mutua, pasando por dar ideas o seminarios a sectores concretos de la población.

Msitu Wa Tembo tiene 6500 habitantes y no es para nada lo que yo me imaginaba en cuanto a extensión y distribución de las casas. El paisaje es casi desértico, a excepción de la franja de tierra cercana al río, y las casas se extienden muy dispersas en una amplia llanura que va desde el río hasta las ‘Silver Mountains’, donde están las casa de los masáis.

Partiendo de las entrevistas realizadas previamente, creamos un nuevo modelo (con la ayuda de Ainara, trabajadora social y pieza clave de TATU) que intenta profundizar especialmente en temas de salud. De todas formas, cualquier información es útil. Por este principio, tampoco rechazamos sentarnos un rato con personas que no estén en la lista y quieran contarnos sus problemas.

Formamos tres equipos de trabajo, cada voluntario con uno de los coordinadores locales de la organización. Yo voy con Yohana, quien me ayuda con el swahili y aporta también algunas ideas.

Tras la primera semana haciendo este trabajo (bienvenido fin de semana), empiezas a manejar los conceptos de futuro y dinero de otra manera. Esto es lo que más me ha llamado la atención. No existen planes de futuro, ni siquiera a medio plazo. Prácticamente, para muchas de estas familias, sólo existe el día de hoy. Ir a la shamba (tierra de cultivo) y esperar que haya trabajo que hacer, poder hacerlo, cobrar 1000 TSH (medio euro), y comprar comida para ese día. Eso es todo. Generalmente, no hay un hobby o alguna otra actividad para pasar las horas restantes de día. Y ahí está nuestro trabajo, más allá de identificar necesidades de salud: ver qué motiva realmente a cada persona y si se puede iniciar alguna acción que de manera sostenible mejore la calidad de vida de un sector de esta población.

Dicho esto y aunque haya momentos duros, estoy encantado con la posibilidad de conocer a estas familias más de cerca, practicar swahili… Y, generalmente, se ponen muy contentos de recibir nuestra visita.


Al acabar cada jornada, comemos en la casa de Mama Hamida, preparando la comida en la imagen.

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